Este post no lo verás en las redes sociales

Son las 20:00 y tras un largo día de trabajo lo que necesitas es descerebrar. Nada de artículos sesudos: un meme de un perro sonriendo, un bebé en un vídeo viral de YouTube y un titular del Mundo Today que te deje con una sonrisa. Estás de suerte: lo único que tienes que hacer es entrar en Twitter, Facebook, Whatsapp o casi cualquier red social y tendrás tu dosis de sonrisa rápida.

De hecho, me extraña que hayas llegado a este post. A lo mejor acerté con el titular y el rollito viral de las preguntas retóricas hace que se comparta y que estés ya en este segundo párrafo apunto de mandarme a la mierda y volver a los abuelos que bailan. Este post no está hecho para las redes sociales.

Esto sí:

http://www.youtube.com/watch?v=vR_VhfxAnXU

Si sigues leyendo prometo poner más virales. Palabrita.

Gracias a Antonio Ortiz descubrí un muy buen artículo ayer sobre la irrelevancia del contenido en las redes sociales. El texto en mi opinión es algo extenso para lo que quiere contar pero toca par de ideas sensacionales: qué es un contenido de alto valor en las redes y por qué cada vez hay que trabajar más para encontrarlo.

Curiosmente, cómo llegué a ese artículo apoya la tesis de que si dejas que los algoritmos decidan qué información es relevante para ti sólo acabarás viendo viendo vídeos de gatitos.

El post apareció primero en mi stream de Facebook. La propia red de Zuckerberg sabe que los enlaces de Antonio me interesan (hago click en ellos, le doy a me gusta, los comparto…) por lo que les da prioridad frente a otros. Pero para llegar a ese punto he perdido la cuenta de los amigos que he apartado de mi stream (con el botón de “esto no me interesa”).

¿Qué pasa Juan? ¿Qué vas de guay ahora? ¿Que te lees sólo post super sesudos a diario?

Nada más lejos de la realidad. Cuando quiero viralidad y memes (justo antes de dormir) me doy un garbeo por Reddit y disfruto como el que más cosas como esta:

El punto es que si yo no hubiera rechazado de forma sistemática contenidos virales en Facebook probablemente el post de Antonio no habría sido el primero en mi timeline. 

Y lo que es más importante: para mí el vídeo del abuelo bailando tiene valor (me hace mucha gracia, me relaja, me descerebra…) pero la actualización de Antonio también lo tiene:  me hace pensar, incorporo la idea de fondo a una charla, me da para un post…

Ese valor no siempre se aprecia instantáneamente. Fíjate en este artículo de Gominolas de Petróleo llamado El mito de los 5 venenos blancos (I): la sal (pero luego vuelve porfa, no me hagas empezar a abrir los links en una venta nueva).

¿Ya lo has abierto?

Probablemente lo hayas escaneado por encima mientras haces scroll con el ratón. Quizás hayas dicho vaya chapa y lo hayas cerrado… y ni siquiera estés en este párrafo. Quizás hayas dicho ¡qué interesante! una pena que no tenga tiempo y lo hayas guardado en Pocket o favoritos para leerlo dentro de 25 años, cuando lo tengas.

El vídeo del abuelo bailando es una chocolatina. El post de Gominolas de Petróleo es brócoli. Si no nos dejan pensar cogeremos antes la chocolatina que el brócoli aun sabiendo que el brócoli es mejor para nuestra salud.

Thomas Baekdal diferencia estos contenidos entre toda la maraña de información que hay en las redes sociales.

Los post amarillos son la chocolatina. No tienen mucho poder de conversión, se olvidan a los 10 segundos pero qué demonios, son divertidos. Un ejemplo clásico es el típico post de community manager rollo…

No tiene nada que ver con tu producto, no generará ninguna conversión pero oye, tendrá muchos ‘likes’ y muchos ‘fav’.

El post de color rosa es el artículo de Gominolas de Petróleo. Te aporta valor a más largo plazo, te queda (la próxima vez que vayas a comprar sal al súper), amplía tus conocimientos pero caray… es largo, denso y así de primeras como que se atraganta.

Seguro que si se llamara ‘10 tips que no te puedes perder sobre la sal‘ apetecería más.

Baekdal modeliza este universo de información tal que así:

Uno nunca puede ver todo lo que han compartido sus amigos en una red social. Ves un trocito del tráfico. Te asomas a la autopista por la ventana. Allí encontrarás cosas entretenidas y de consumo rápido (en amarillo, 3) y cosas más áridas pero que te aportan un beneficio más duradero (en rosa, 2). Todo acompañado por cosas que ni fú ni fa (en gris, 8).

Las redes sociales y sus inversores tienen la manía de ganar dinero así que deciden incorporar anuncios en forma de publicaciones promocionadas (en negro):

Por el mero hecho de meter tres anuncios nos vamos a perder una publicación gris (eso nos interesa) pero dos que sí que tienen valor aunque de distinto tipo. Los anuncios nos han quitado una chocolatina y una ración de brócoli.

Aquí hacemos una breve pausa para hablar del engagement: la interacción con una publicación (en forma de click, fav, rt, like, etc…) nos obsesiona en un mundo de números donde si no se puede medir no interesa. Nosotros interactuaremos con contenidos amarillos (sobre todo) y con contenidos rosas (menos). Al meter anuncios la interacción cae, ya que habríamos hecho más clicks en esas dos publicaciones que nos han quitado del gráfico. ¿Cómo resolver esta caída de engagement en las redes?

Añadiendo de forma artificial actualizaciones que sus algortimos consideran “interesantes” para ti

El gráfico se está poniendo considerablemente amarillo. La razón no es otra que la propia forma de medir el engagement: no importa la influencia, importan las métricas del stream. Si este dato es mayor en publicaciones amarillas, rápidas y consumibles entonces Facebook, Twitter y cía no tienen ningún incentivo a promocionar contenido con más valor a largo plazo.

Si quiero tener a mis niños contentos todas las noches les prepararé pizza, no brócoli. Pero como soy su padre sé que algo de verdura tienen que tomar y aunque me cueste un berrinche habrá que calzar algo en la cena… aunque sea sobre masa de pizza.

Las redes sociales no son tus padres. No pretende educarte y si esperas alguna responsabilidad periodística por su parte ahora que Facebook se presenta como prescriptor de contenidos es que has visto en exceso The Newsroom. El mundo no funciona así.

¿Aún estás aquí? Venga, te has ganado otro snack:

El valor real de las cosas no cabe en 140 caracteres y citando textualmente el artículo original “El verdadero valor es algo que necesitas construir tú. Es el efecto acumulado de una mezcla de ingredientes que combinados producen algo infinitamente mejor”

En el momento en que una red social rankea tu stream y muestra los contenidos por un criterio de “interacción anticipada” los post grises desaparecen definitivamente y los rosas con ellos.

La parte derecha representa un stream que 1) da dinero y 2) es el que más likes, clicks y favs va a conseguir de todas las muestras posibles. Lo que ocurre cuando tienes un atracón de chocolatinas es que, a medio plazo, no te vas a encontrar bien (utilidad marginal decreciente lo llaman).

Baekdal añade un último gráfico en el que ilustra cómo las redes sociales se enfrentan a esta saturación desrankeando post amarillos y sustituyéndolos por contenidos de gente que no seguimos. No estoy muy de acuerdo en ese último salto aunque sí que me parece acertada la metáfora de acabar un mundo lleno de contenido gris. Cierra el artículo con alguna reflexión sobre el futuro de las marcas en este contexto lo que se aleja ya de lo que aquí quiero destacar.

Un mundo de chocolatinas

En las charlas que doy a chavales sobre cómo buscar información en Internet les introduzco esta problemática con el siguiente ejemplo:

– Buenos días señor kioskero. Quería El País.

– Muy bien. ¿Y no prefiere esta recopilación de noticias de distintos medios que hice basándome en sus intereses?

– Errrrrr… no, quiero El País.

– ¿Está seguro? Mire coja esta recopilación y si no le gusta vaya diciéndome qué cosas le molestan para que el fin de semana que viene sea mejor.

La “información” que te llega a diario a través de las redes sociales está matemáticamente manipulada. Las principales empresas de comunicación se han ido plegando a esa manipulación rebautizando sus artículos con titulares del tipo “¡¡No te creerías quién lleva estos zapatos!!”. Vivimos en un mundo de chocolatinas.

Si quieres informarte libremente y cuidar lo que consumes no te queda más remedio que currártelo. Y cada click cuenta. Vives en un mundo digital donde no hay sorpresas a no ser que cambies de gustos.

Un mundo donde si no hay click, ni fav, ni RT no vale. Donde no hay paciencia, no hay calma y no hay espacio. Hasta las narices estoy de auto-censurarme tweets porque no me caben en 140 caracteres y de pensar que si los saco como post los va a leer mucha menos gente.

En un mundo ideal hay descerebre y hay reflexión. En un mundo ideal existen The Wire y el reality de las Kardashians. Existen los guilty pleasures y los proud pleasures. Existe A Poniente y existe el kebab de la esquina. En un mundo ideal puedes elegir.

No sé si este artículo es gris o rosa pero tengo claro que no es amarillo. En el mundo digital este artículo no existe.

22 comentarios en «Este post no lo verás en las redes sociales»

  1. A mi a veces me cuesta muchísimo separar el grano de la paja, o como se diga, pero es absolutamente cierto que la viralidad cansa mucho, de hecho no me creeré quien lleva esos zapatos ni ninguna cosa con titular parecido porque no entro en esas cosas. Se venderá muy bien pero a mi si se puede usar la expresión en esto del internet me parece mala praxis.

  2. Hay una tecnología para eso. Se llama RSS, y es muy fácil de usar (bendito feedly). No acabo de entender cómo la gente se pasa el día en Facebook, la verdad. Además de que me resulta poco amigable, nunca me pareció buena idea dejar que un algoritmo decida lo que debería leer. Y lo de Twitter… está bien para tomar el pulso a la actualidad inmediata en temas concretos pero de forma cotidiana… ¿De verdad alguien tiene tanto tiempo libre?

    • En una versión anterior del artículo hablaba de los RSS. Lo que venía a decir era que yo siento que interactúo más con el contenido en redes sociales que lo que lo hacía en Google Reader pero a largo plazo la satisfacción lectora era mayor en aquella época que ahora.

  3. Una cosa asi muy corta y que igual es una tonteria pero, esto solo se aplica a facebook y google+, no? Que son, creo, las únicas que te tunean el timeline. Si yo me leo todo mi timeline en twitter leo eso, todo lo que ponen las cuantas que sigo y ya tengo que discernir que es gris, amarillo o rosa, es decir, yo me lo guiso, yo me lo como. Igual soy un ingenuo y no es asi, pero si lo es, las cosas están un poco mezcladas en el post, aunque se entiende lo que quiere decir.

    Un saludo.

    • Las últimas noticias que vienen de Twitter son que están empezando a incluir tweets de gente que no sigues en el timeline . Si te fijas también para las búsquedas los resultados aparecen rankeados. Es cuestión de tiempo que se extienda.

  4. Pingback: Bitacoras.com
  5. Bravo, muy bueno Juan. Iba a ponerme a filosofar sobre la utilidad dada a internet y la saturación de información, la manipulación blabla, pero no iría a ninguna parte.
    Muy bueno

  6. Buenas Juan,

    Curiosamente me he leído todo el artículo excepto las chocolatinas. Y encima estoy comentando y después compartiéndolo en las redes. ¿Por el contenido? Seguramente no, no es nuevo, está categorizado en opinión y quizás tu engagement viene de tu estilo, de formar opinión, o si lo prefieres eres un influencer, como diría Julito ¡Y lo sabes!

    A esos chavales a los que formas en las redes imagino que además de tus conocimientos ven en ti un modelo, sabes transmitir y aunque les dieras clases de zumba van a seguirte.

    Lo que quiero decir, ya que es un comentario tocho al menos que aporte algo, es que esos contenidos no son amarillos, negros o rosas por su contenido sino por su fuente, como bien dices tú lees todo lo que escribe Antonio Ortiz, si los chicos sólo leen El País al final tampoco son libres. Facebook manipula ese stream más que otras redes pero al final debes elegir también en esas otras redes a quién seguir, a quién meter en una súper lista, etc.

    En definitiva que el espíritu crítico es lo que debemos mantener, da igual contenido, fuente, si esos chicos leen con conciencia crítica, entonces sí que pueden leer sólo El País, la portada de Menéame o su stream de Tuenti.

    Abrazos chocolateados ;)

    • Sin duda Cristian. El problema que veo es que ese espíritu crítico se construye en parte accediendo a contenidos de valor alto. Es un poco la pescadilla que se muerde la cola: si no tienes espíritu crítico el contenido que consumes no lo formará. Para salir de esa situación hay que hacer un esfuerzo educativo considerable.

  7. Hola Juan, nada mas para decirte que me ha encanta lo que escribiste. Acabo de conocer tu blog y ya fue agregado a mis lista de rss diario para leer al arrancar el trabajo.

    Te mando un saludo.

  8. Pues …lo he visto en facebook.

    Porque lo ha compartido un amigo.
    Un amigo fiable como buscador y recomendador de brócoli. Brócoli fino, hoygan.

    Gran post, comprensible y muy bien construído.

    (yo también me he saltado los vídeos, y ahora me voy a leer lo de la sal…)

  9. Lo he compartido con algunos colegas y amigos, mi recomendación: lee este post dos veces, la primera como una chocolatina si quieres, la segunda mastícalo bien y extrapolalo a los canales que utilizas para comunicar. Tiene más miga de lo que parece en la primera lectura.

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