
El ya cansino debate sobre las descargas musicales parece estar totalmente polarizado: por un lado los directivos de las discográficas y las entidades de autor haciendo todo lo posible por extender la duración y extensión de la propiedad intelectual. Por el otro bloggers y expertos en nuevas tecnologías que se reunen con ministros para defender el dominio público y el acceso libre a la cultura. Entre estos dos estereotipos hay unas personas que en mi opinión tienen bastante que decir: los músicos normales. Y por normales quiero decir no los superventas tipo Bisbal o El Canto del Loco si no los que están empezando pero quieren vivir de esto o los que están empezando a tener éxito y se encuentran cara a cara con los grandes dinosaurios de la industria.