Los adultos que insultaban a las niñas

Tu hija/sobrina/hermana tiene una hostia en toda la cara, es una niñata. Se merece una patada en la boca por repelente. Es una bruja que debería estar encerrada. Es estúpida. Es idiota. Es repugnante y me da asco. Una guantá le quitaba las ganas de dar por el culo.

Y tu hija/sobrina/hermana tiene 9 años.

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A menudo recuerdo un fragmento de un monólogo de Joaquín Reyes sobre lo sobrevalorado que está decir las cosas a la cara. Venía a decir algo así como que si alguien iba a hablar mal de él prefería que lo dijera a sus espaldas, que no tenía ningún interés en escuchar insultos de forma directa.

En la era post redes sociales existe un tercer nivel: se puede insultar a espaldas de la gente, en la intimidad de tu sofá; se puede insultar a la cara o de viva voz por teléfono y se puede dejar constancia del insulto en Internet.

En el primer caso el insultado no se entera de nada. En el segundo se puede sentir dolido. En el último se puede sentir avasallado al ver cómo otras personas se suman al insulto o lo apoyan con RT, favs o likes. Un insulto en la red se puede propagar.

Curiosamente como vimos en el proyecto Rethink las personas tienen menos problemas para insultar por la red que para insultar a la cara. Desgraciadamente insultar por Internet no es el nuevo “hablar mal por la espalda”, es una forma de acoso en los colegios, una forma de ruido en las redes sociales y una forma de desahogarse derivada de la incapacidad de la gente para gestionar sus frustraciones.

La distancia física frente a la víctima que introducen las pantallas y el componente impulsivo de los móviles normalizan el insulto y la violencia verbal hasta un punto donde es que era una broma, es que son “Niños rata”, es que son políticos, es que son empresarios, es que son personajes públicos (no haberse expuesto…), es que estoy en mi derecho…   y argumentos similares se fotocopian de adultos a adolescentes cuando me dicen en una charla que twittearon que una compañera era una zorra porque… era en plan de broma, es que la culpa es suya por vestirse así, es que tengo libertad de expresión…

Frente a otras materias como es la búsqueda de empleo y la Identidad Digital, en el caso del acoso escolar y la mala educación en las redes no puedo poner ningún ejemplo adulto. Al contrario, me disculpo con los alumnos de primaria por el pésimo ejemplo que reciben de nosotros.

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Ayer por la noche disfruté como un crío de una nueva entrega de Master Chef Junior. Un programa fascinante, adictivo y en cierto modo polémico al ser un talent show con niños donde por momentos el montaje de corta/pega definiendo roles y pasando olímpicamente de la cocina lo acerca al género de los realities.

En la edición de ayer, una de las pequeñas (9 años) concursantes, Teresa tuvo varias discusiones con sus compañeros aliñadas con algún berrinche. Materia prima estupenda para la sala de montaje que transformó las intervenciones de Teresa en trending topic que para los que no lo sepáis es, desde hace un par de años, la medida del éxito.

Como parte del trending topic encontramos cientos de tweets insultando a Teresa que si dentro del contexto producen cierto rechazo, sacados por completo del mismo y agrupados adquieren otra dimensión como es la del primer párrafo de este post.

No es lo mismo que digas que una niña de la tele te parece repelente en la intimidad de tu hogar que lo dejes por escrito en Internet. Y como si hablara con un niño: que me digas que era en plan de broma, que culpa de los padres por llevarla a la tele, que no sabías que tus mensajes eran tan públicos…  no me vale porque entonces se me rompe la educación por la mitad.

Lo de Teresa ayer me parecía parte del show, ni más ni menos. Personalmente me parecían mucho más bonitos, chulos y merecedores de trending topic determinados gestos y maneras de los niños que en el futuro o bien desaparecerán o bien les llevarán a encontrar trabajo en un país mejor educado, con un sueldo digno y unos amigos extraordinarios.

El abrazo cuando el otro cae, la creatividad (esa impresionante y rápida reacción de Marta cuando se le rompe la tarta a Teresa), la responsabilidad… valores todos ellos sobre los que deberíamos poner el foco pero que generan menos interacción que las lágrimas, el rechazo, la polémica y el morbo.

Supongo que me digáis que exagero, que no es para tanto. Lo mismo que me dirán los chavales de la ESO el martes que viene cuando me acerque a contarles este rollo para que en lugar de hacer daño a sus compañeros dediquen más tiempo a valorar su trabajo.

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En mi resumen anual de Spotify sale que en invierno el grupo que más he escuchado ha sido Klaus And Kinski, uno de los mejores grupos independientes españoles de los últimos 10 años con unas letras extraordinarias y una sensibilidad musical y vocal que a mí, personalmente, me pone los pelos de punta.

Se separaron en 2013. A los 15 minutos de empezar su último concierto su vocalista, cuya voz y presencia había sido foco de dolorosos comentarios en la red dijo esto:

Esto de vivir de la música es muy bonito, cuando se puede vivir exclusivamente de ello, que no es nuestro caso. Cantar, ir de gira, grabar discos es fantástico, pero también hay un lado que no es tan agradable. Sé que no le gustas a todo el mundo, pero es muy feo que haya gente que diga cosas horribles de ti en sitios como Twitter y que encima te etiquete para que lo veas. Por eso os quiero decir que esta es la última vez que me veréis así.

Posteriormente JNSP publicó un post muy interesante sobre la responsabilidad de los editores ante estos comentarios.

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La próxima vez que vayas a insultar a alguien por Internet hazle caso a Joaquín Reyes: mucho mejor a la espalda.

 

 

 

 

11 comentarios en «Los adultos que insultaban a las niñas»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. No me gustan los niños, ni los repelentes ni ningún otro, pero no les insulto. Simplemente, no veo esos programas y arreando.
    Que la educación del español deja mucho que desear es un hecho, y que en el caso de los niños es alarmante, una realidad. Por eso es necesaria una educación, primero; y unos valores, segundo.

    Ánimo con tus clases (supongo que eres profesor)

    • Es que es óbvio que a los niños les falta mucha educación. Son niños. Es su definición. Y cuanto más pequeños son (y 9 años es bastante pequeño), lógiacmente les faltará mayor cantidad de educación.

      Y si partes del concepto que la educación es responsabilidad principalmente de los padres (que al fin y al cabo no solo son sus primeros referentes, sino que son los que escogen a qué escuelas va a ir su hijo), y conoces aquel dicho según el cual se da el carnet de padre a cualquiera… pues habrá mucho niño bien educado, pero habrá unos cuantos que no.

      Y ten siempre en cuenta que hace más ruido uno que grita que cien que callan: siempre notarás antes a un niño que no cede el asiento a una anciana que cien que se pusieron de pie antes incluso de que la anciana se acercara a ellos (simulando, a menudo, que bajan en la siguiente parada, para no llamar la atención y que la abuela no se sienta inclinada a decir que no lo necesita).

  3. Me parece durísimo e importantísimo lo que dices en este artículo Juan. Tampoco deberíamos insultarnos entre adultos en Internet (o fuera), es un acto de maldad al cuadrado. Pero adultos insultando a niños es abominable. Mi admiración hacia vosotros los educadores que jugáis un papel clave para que los adultos del futuro estén mejor preparados para hacer un buen uso de Internet y la Tecnología.

  4. Excelente artículo. No conozco el programa, no lo he visto, pero estos comentarios en twitter que muestras en el artículo me espeluznan. No entiendo cómo es posible que nadie diga que una niña merece una patada en la boca. Jamás he conocido nigún niño repelente, en toda mi vida, pese a haber trabajado con los niños más “difíciles” y “conflictivos” durante décadas.
    Pero por desagradable o inadecuado que sea su comportamiento, decir que una niña merece una patada en la boca ya no es cosa de la falta de educación del que dice esto, sino que es directamente violencia psicológica. Me pregunto cómo afectará a esa niña en su desarrollo saber que esa es la clase de sentimientos que despierta en los demás. ¿Cómo quedará su autoestima y cómo se reparará esto después?
    Es una niña de 9 años que se está desarrollando. Está copiando modelos de conducta y de solución de problemas. Si los modelos que tiene en casa (que deben de ser terribles) se suman a los modelos que recibe en esos comentarios, pocas posibilidades tiene de encontrar y sacar a relucir lo mejor de ella.
    Un saludo

  5. Ya se que todo recae en la educación.
    Hay que aprender a respetar y fomentar los comentarios constructivos.

    Pero tambien hay que empezar a no dar tanta importancia a lo que pasa en la red.
    Me dirán “claro, a ti no te han insultado 200 personas. O 2000” . Pero es que hay que empezar a ignorar lo que pueda pensar gente que no conocemos y no nos conocen.
    Si tu perfil tuviese 2000 insultos y hubiese 400.000 personas que entendiesen que 2000 insultos de personas desconocidas no valen de nada, quizá no nos angustiariamos tanto de lo que nos escriben

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