De Rubalcaba, Rajoy y Community Managers

No hace mucho tiempo, un amigo mío me comentó que había asistido a una conferencia de un miembro del equipo de asesoramiento del presidente Zapatero durante las pasadas elecciones. Era un equipo de élite en el sentido de que estaba formado por los mejores y más especializados publicistas, diseñadores y responsables de marcas del mercado. El tipo en cuestión relataba a lo largo de la charla cómo se enfrentaron a la asistencia del presidente al programa “Una pregunta para usted” que tanto éxito había tenido en otros países.

No era fácil ya que las preguntas no se conocían de antemano en este caso y era muy fácil encontrarse con alguna que le buscara las cosquillas a Zapatero. Obviando lo lamentable que resulta que un presidente y su equipo tengan miedo de la imagen pública que proyecte responder a una “complejísima” pregunta de un ciudadano de a pie, nuestro protagonista explicaba que para enfrentarse a este tipo de intervenciones preparaban respuestas tipo que valían para cualquier pregunta relacionada con un tema concreto. Vamos, que agrupaban las preguntas en categorías como por ejemplo “vida cotidiana”. Por lo tanto si alguna persona intentaba pillar a Zapatero con una cuestión que reflejara lo alejado que está de la realidad la respuesta siempre tendría que ser algo como “desgraciadamente mi trabajo no me permite pasar tanto tiempo en la calle tanto como me gustaría y debido a mis obligaciones con España no me queda más remedio que delegar muchas de esas actividades en mis asesores”. Una respuestas que gustaría más o menos pero parece razonable.

Cuando un señor se levantó y preguntó a Zapatero cuál era el precio de un café, la respuesta estaba preparadísima. Sin embargo el presidente no tuvo mejor idea que arriesgarse y responder “80 céntimos” para el descojone general e intentar arreglarlo con un tímido depende y una sufrida sonrisa. Entre bambalinas, el responsable de márketing de la campaña se echaba las manos a la cabeza por el error de principiante cometido.

Al día de hoy, lo que me parece más curioso de esta historia no es que Zapatero disfrute de cafés a mitad de precio, sino que este equipo de élite perdió su trabajo y el PSOE o el presidente mismo (ya no tengo tanta información) decidieron cambiar de asesores. El error fue del que respondió no de los que le prepararon creo yo.

La relación de los partidos políticos con el marketing en España siempre ha sido complicada. Parece que a lo largo de la historia sí que ha habido algún slogan y algún anuncio que funcionó realmente bien. Me refiero a cosas como repetir “talante” hasta la saciedad o poner ZP en lugar de Zapatero en los carteles pero no sé hasta qué punto pueden influir o no en el número de escaños que saque un partido en el parlamento ¿sería algo triste que lo hiciera no? Con la aparición no ya de Internet sino de la Web 2.0 donde la más mínima cagada de un político es vista en YouTube por miles de personas, donde un Tweet desafortunado puede dañar de forma profunda la carrera política de un fulano y donde los propios ciudadanos se animan a hacer cosas tan chulas como mapas de la corrupción sobre Google Maps, la imagen de marca de los políticos debe ser cuidada más que nunca.

Por eso supongo que los partidos mayoritarios deben gastar un pastizal en agencias de márketing y en community managers, personas jóvenes en su mayoría, expertas en Internet o al menos más expertas que ellos, que gestionen las hordas de insultos, preguntas afiladas y parodias que circulan por la red. En Blogoff sólo he tenido la oportunidad de hablar hace mucho tiempo con el equipo de Patxi López y realmente me parecieron unos profesionales en lo suyo.

Y es que menos de un auténtico profesional no puede ser un community manager de un candidato a la presidencia del gobierno. Me imagino las conversaciones:

  • Buenas, somos los asesores de Rubalcaba. Queríamos contratarles para gestionar nuestra campaña electoral online. Sus vamos a bañar en oro chavales.
  • ¡Chachi! Cuéntenos
  • Para nosotros Internet es fundamental, que sabemos que ahí están los jóvenes, los del 15M, los indecisos y mi primo, osea muchos votos. Queremos por lo tanto que nos hagáis Twitter, Facebook, Tuenti, YouTube, Instagram, Googleplus, Blog, RSS, Google Calendar, portadas en Menéame, una cuenta en el WOW y otra en Second Life.
  • Esteeeee… vale, pero bueno, quizás sería mejor centrarnos sólo en un par de cosas para exprimir su potencial.
  • Nada. Nos paga la SGAE la campaña y están montados en el dólar además de andar siempre acompañados de unas señoras estupendas osea que tirad para adelante con todo.
  • Pero hombre, por ejemplo, lo de Second Life es que ya no se usa mucho.
  • ¡Pero si Llamazares tenía cuenta allí!
  • Y ya véis cómo acabó.
  • Bueno, pues narices, tenemos que encontrar algo que interese a los jóvenes. Yo que sé que les preocupa ¿el botellón? ¿el ganador de Gran Hermano?
  • Mmmmm…. yo apostaría más por el paro y el acceso a la vivienda.
  • Lo de la vivienda, lo de la vivienda se arregla fácil. ¿Qué podemos hacer?
  • Pues podríamos por ejemplo diseñar 10 propuestas concretas para mejorar el acceso a la vivienda, darles una única página en Facebook y ofrecer a la gente que se haga fan de la misma participar con nuevas ideas. La mejor propuesta además, se podría elegir por votación popular e incorporar formalmente a la campaña.
  • Eso está bien siempre y cuando los que participen no piensen que sus propuestas irán a algún sitio. ¿Qué tal unas zapatillas?
  • ¿Eh?
  • Si caray, unas bambas que las llama mi chaval.
  • Si sé lo que son ¿pero qué tiene que ver eso con el acceso a la vivienda?
  • Coño, pues que los críos si quieren encontrar casa lo primero que tienen que hacer es patearse la ciudad. Y qué mejor para patearse la ciudad que unas bambas molonas, de estas con colorines y todo. Se las regalamos a quién quiera que además Nike nos financia unos cuántos mítines y seguro que nos envía de Malasia un excedente.
  • … no si… una idea muy buena.
  • Claro, claro … y además cómo llama mi chaval al chalet en La Moraleja… a ver… ¡la keli! La podríamos llamar kelifinder.
  • Lo que usted diga.

El desconocimiento tan profundo del funcionamiento de Internet que han demostrado las principales fuerzas políticas de nuestro país me hacen pensar que estas agencias tienen tanto curro corrigiendo y evitando errores que no hay tiempo para intentar acertar.

Sin embargo, con todo el dinero gastado, con toda la experiencia del mundo siguen sucediendo cosas inexplicables en campaña. Y al igual que pasó en Tengo una pregunta para usted, no sé si la culpa es del community manager, del candidato o de quién le asesora.

Ayer Rubalcaba presentó su programa de puntos. No me refiero a su programa electoral estructurado en puntos, no. Me refiero a un proyecto en el que tras registrarte en la web del candidato recibis puntos por compartir contenidos del mismo en las redes sociales. Compartes las noticias destacadas de la campaña en tu cuenta de Twitter y ¡zas! 4 puntos para la saca.

Los puntos se pueden canjear por premios, como el supermercado de la esquina. Premios físicos (no metáforas, creo) entre los que se incluyen un termo, una tazón y el regalo estrella, un bálsamo labial.

La idea es tan surrealista, tan cómica y ofensiva al mismo tiempo que no hago más que darle vueltas a las cosas que se me están escapando. ¿Es una estrategia de Black SEO oculta? ¿Lo que importa es que hablen de ti aunque sea mal?

Haciendo de abogado del diablo, puede ser que la idea sea premiar de algún modo a aquellos afiliados al PSOE que hagan promo de la campaña. De hecho en el ránking actual de puntos, el número 1 es Alberto Haro que tiene toda la pinta de ser este majete caballero de las juventudes socialistas de Madrid.

Sin embargo, aunque fuera esta última opción el motivo de tan divertida campaña ¿qué imagen proyectas? A mí al menos siempre la misma. La misma que cuando te veo partiéndote el culo en el Congreso o citando a Amaral para desprestigiar a la oposición. Que te tomas la política a cachondeo con una tasa de paro superior al 20%. Un bálsamo labial… ¿de verdad Alfredo? ¿DE VERDAD?

Me gusta pensar (muchas pelis de Disney o qué se yo) que en realidad los candidatos no se toman las cosas a cachondeo. Que trabajan muchísimas horas, que analizan todo tipo de propuestas y que detrás de lo que nos muestran los medios hay un tipo realmente capacitado para dirigir el país. Si fuera realmente así, y la imagen que proyectas es la contraria, caballeros, mejor que no hagan campaña en Internet. De hecho que se o digan a Cascos aquí en Asturias. Su campaña fue mínima comparada con la de los dos grandes y arrasó. ¿Sería quizás porque sin Internet no tenía la oportunidad de cagarla o porque sus asesores eran mejores que los demás y decidieron que su nombre era suficiente como para andar regalando tazones de desayuno?

En la acera de enfrente (no va con segundas) el PP no se queda corto. Una cosa muy española es mirar para afuera acomplejaditos y pensar qué han hecho los demás no para mejorarlo sino para directamente copiarlo. La agencia que lleve la campaña en Internet de Rajoy se fijó concretamente en la petición de Al Gore de que la gente cediera sus cuentas de Twitter para insistir sobre el cambio climático. El PP las pidió para insistir sobre… su campaña.

Lo de antes. No quiero dudar de las buenas intenciones detrás de una campaña así pero ¿qué imagen das? ¿No te vale con tu omnipresencia en las redes sociales que necesitas las cuentas de los demás para difundir tu mensaje? ¿No te das cuenta de que si una de las cosas más criticadas en las cuentas de Twitter de los políticos es que no las escriban ellos, que directamente sean militantes los que escriban por tí empeora la situación? ¿No te das cuenta de que parece que quieres alquilar cuentas de usuarios? ¿De lo triste que suena?

Las redes sociales permiten como nunca en la historia potenciar las buenas ideas y criticar las malas. Permitirían conocer a los candidatos y sus propuestas en profundida y aumentar la credibilidad de los mismos bien usadas. Sin embargo, a veces pienso que esta inundación de propuestas 2.0, muchas de ellas absurdas no tienen más obejtivo que “sacar del mercado” a los peces pequeños. Lo importante de que #Prostuit sea hashtag es que no lo será la propuesta del partido pequeñín que a lo mejor me roba un escaño en el Congreso.

Estoy totalmente de acuerdo con Roger Senserrich en que el problema de España no es que tenga una ley electoral injusta, sino que tenemos unos líderes políticos que no tienen madera de líderes, que inspiran desconfianza y que hagan lo que hagan no aprueban el examen de la opinión pública. Las campañas de los partidos en Internet no hacen más que confirmar esta idea: ustedes no están preparados para gobernar. No entienden cómo funciona la principal herramienta de comunicación en el año 2011 y por lo que parece no saben apreciar si las agencias que contratan hacen bien su trabajo o no. Miedo tengo de las métricas que les enseñen.

Sin embargo cabe pensar que las campañas a lo mejor están bien hechas. Cabe pensar que el bálsamo labial y los tweets prostituidos responden a que a la agencia en cuestión se la ha pedido que traslade a Internet lo más fielmente posible la imagen del partido, la cara real de los candidatos. Y eso es lo que han hecho: labios agrietados y alquiler de personas.

En tal caso, buen trabajo.

 

 

 

13 comentarios en «De Rubalcaba, Rajoy y Community Managers»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. He estado a punto de levantarme y aplaudir, pero estoy en el curro y habría quedado raro. En cualquier caso, enhorabuena. Has dicho todo lo que pienso sobre el tema, bien escrito y estructurado en párrafos. Y me has recordado lo de las Kelifinder, otra iniciativa delirante.

  3. Comunicador y militante, muy complicada a veces esta combinación profesional y personal. Comparto contigo que en este descubrimiento que todos hacemos de las redes sociales falta una buena dosis de naturalidad. La idea es llegar a públicos masivos pero dejamos en el camino buena parte del tacto. Me niego a eso, pero no pierdas de vista que los máximos líderes actuales no nacieron con internet, y mucho menos con las redes. Creo que este hecho es buena parte del problema, pero incluyamos también que toda campaña tiene un lado ficticio que deberíamos reducir, aunque nos tiente ese acercamiento al público masivo. La cuestión atañe también al periodismo, en esta pugna entre la comunicación urgente versus calidad de la información. Ya ves, nos propones una reflexión muy acertada poco toca la herida. Saludos

  4. Penoso la verdad. La generación de políticos actual tiene poco futuro en internet.

    ¿De que vale un perfil de FaceBook o Tweeter si te lo gestiona otro? Es el sumum de la contradicción.

    ¿Y de que vale estar en una red social en la que TODOS ESTAMOS AL MISMO NIVEL si eres totalmente inaccesible?

  5. El problema es mucho más profundo: los políticos españoles tienen miedo a internet porque es un medio demasiado democrático para ellos.

    A ver ¿cuántos partidos políticos concocan primarias para elegir a sus candidatos? Pero primarias de verdad, no de ésas teledirigidas. Respuesta: ninguno.

    ¿Cómo no le van a tener miedo a internet? ¡Animalicos!

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