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“El último reto viral”. Leo estas cuatro palabras con la voz de Pedro Piqueras. Porque “el último reto viral entre los niños”, sea el que sea, es el comienzo de una buena historia de terror.
En el imaginario popular, el reto de la ballena azul se cobró la vida de cientos de niños que aceptaron seguir una serie de pruebas en redes sociales hasta acabar con su vida. En la realidad, la historia procede de una mala interpretación de un medio ruso y, aunque se haya relacionado con algún caso de lesiones, está a años luz de la imagen que dieron los medios.
El “abecedario del diablo” nos forzó a imaginar hordas de niños torturándose en los recreos cuando la realidad es que ni se hizo viral, ni la generación Z son una panda de psicópatas en potencia.
La imagen de Momo aterrorizó a miles de padres que se angustiaban al pensar que llevaría a sus hijos a cometer actos suicidas. Aún no hay evidencia de estos actos.
Esta misma semana se está popularizando el caso “Jonathan Galindo”, una versión 2.0 de Momo donde un tipo inquietante maquillado como Goofy se pone en contacto con menores para hacerles daño. 20 minutos ya comenta la noticia del suicidio de un niño italiano responsabilizando directamente al reto y la Guardia Civil le ha dedicado un tweet a esta historia.
Como si la realidad en 2020 fuera demasiado aburrida para vender periódicos, la historia detrás del suicidio parece bastante manipulada. Tenemos a un diario italiano sensacionalista que ilustra la noticia con videos falsos de avistamientos del tal Jonathan, un crío que se quita la vida dejando una nota de lo más críptica a sus padres y una foto (la del Goofy maquillado) que es de 2011 y pertenece a un tipo fetichista de los furros suficientemente creepy de por sí como para adornarlo con una historia de terror.
La ballena azul, Jonathan Galindo o el abecedario del diablo son creepypasta. Todas estas leyendas urbanas pueden tener un impacto real en el ánimo de los niños. No tanto por la historia, sino por el tratamiento informativo del cubo de mierda dependiente de anunciantes-mosca en que se ha convertido gran parte del periodismo.
Qué es el creepypasta
El creepypasta es “la chica de la curva” llevado a Internet. Historias breves de terror, de orígenes difíciles de rastrear y que generalmente rehúyen de lo fantástico para centrarse en algo que “podría suceder”. Estas historias se alimentan de la viralidad de Internet y a menudo se asocian a la ficción derivativa o fanfics. Por ejemplo se coge un icono popular como Mickey Mouse y se crea una historia en la que un corto del famoso ratón acaba con una peli terror japonés.
Los creepypasta campan a sus anchas en redes como Amino o Wattpad donde multitud de adolescentes (y algunos adultos) ejercen de escritores de terror aficionados. Algunas de sus versiones más chungas nacen en Reddit o 4Chan, los mismos paritorios de conspiraciones antivacunas o terraplanistas. En todos los casos, lo importante es el contexto. No hay nada de malo en contar historias de terror junto al fuego virtual pero la viralidad suele hacer volar por los aires los contextos.
Breve cronología de Jonathan Galindo
2011 – Las primeras fotos del “Scary Goofy” parecen corresponderse con el trabajo de Samuel Canini (AKA DuskySam), un diseñador de máscaras y amante de los disfraces que tampoco es que sea especialmente popular en las redes. En este hilo de Twitter hacen referencia a su conexión con el tema:
2016 – Un usuario de Facebook se apropia del trabajo de Samuel y crea el personaje de Jonathan Galindo haciéndose viral gracias a vídeos como este que reproduzco a continuación y que no dejen de ser un creepypasta adaptado a YouTube.
2020 – El creepypasta queda enterrado hasta que 2020 y el auge de TikTok nos lo trae de vuelta aliñado con nuevos detalles que asocian un desafío al extraño personaje.
Insisto: nada de esto es real excepto las fotos originales de un tipo que hace máscaras. Pero da igual, el contexto original salta por los aires y a finales de julio el término Jonathan Galindo había generado más de 100 millones de visitas en YouTube.
La actualidad: si hay algo que podía dar más carnaza a los medios es la historia del niño italiano (fuente en italiano). Le ha faltado tiempo a “CREADORES DE CONTENIDO ®” como JordiWild (10M de suscriptores, pregunta en un 6º de primaria cuántos le conocen) para sacar vídeos de este calibre:
Qué hay de cierto en todo esto
En la idea de que un tipo concreto llamado Jonathan Galindo lleva a los niños a suicidarse tras un reto no hay absolutamente nada de cierto. Es una leyenda urbana. Una historia de miedo. Sin más.
En el tema del chico italiano lo único que parece claro es que hizo referencia a “Tengo miedo del hombre de la capucha” o algo así antes de suicidarse. Aún se está investigando el caso, no hay ninguna evidencia de que haya más casos así ni de que haya un “reto suicida” viral.
Por lo tanto: la viralidad de la historia está en Internet y en el tratamiento que le dan los medios, no en la sociedad. Y si son los medios los que crean el reto viral, se está poniendo a huevo del acosador de turno utilizar este creepypasta para hacer daño a un menor.
Que JordiWilld y otros CREADORES DE CONTENIDO ® se enriquezcan con una buena ración de clickbait, previsible…
Que la prensa más o menos tradicional como 20 Minutos, Ok Diario o diarios locales ganen dinerico con el miedo de un trend suicida, también previsible…
Pero este tweet de la GuardiaCivil me ha sorprendido. En otros casos similares han acertado mucho más con el tono:
🔴NO aceptes los desafíos de #JonathanGalindo⚠️
Comienza con una solicitud de amistad en @tiktok_us, @Facebook o @instagram, encarga misiones "de valentía" a los menores y uno ya llegó a suicidarse en Nápoles#NoPiques 😡 y pasa de agregar
➕ 👇https://t.co/0Vq5KShkVQ pic.twitter.com/HugcUQybpz
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) October 2, 2020
Por qué hablar con tu hijo de Creepypasta
Los seres humanos, por normal general, tenemos la manía de sobrevivir. La idea de que un “challenge” se va a llevar por delante a cientos de niños porque son muy impresionables y van a seguir a pies juntillas una serie de pasos en los que hacerse daño no se corresponde con la realidad. Sin embargo, este tipo de historias sí que pueden asustar a los pequeños, hacerles pasar malos ratos o llevar a delitos de ciberacoso, grooming o similares.
Siempre habrá un reto viral de Jonathan Galindo con otro nombre. La idea de fondo que transmitir a los más pequeños es que en las redes sociales hay historias de miedo y es normal sentir curiosidad y algunas veces hasta puede ser divertido pero otras puede resultar desagradable. Por curiosidad o por diversión, el menor puedo tirar del hilo de un creepypasta hasta encontrarse en un lugar en el que nunca quiso estar. En esos momentos el sentimiento de culpabilidad del pequeño puede ser grande (“es culpa mía haberme metido aquí”, “me van a reñir por haber hecho esto”, etc…) y es importante ofrecer salidas.
Siempre digo que los niños no son tontos, son niños. Hay que tratarlos como niños, no como tontos. Si tienes hijos o alumnos que estén en edad de impresionarse por estas cuestiones, busca el momento para sacar el tema y escucha qué piensan, qué perciben. Aterriza el creepypasta e insiste en que detrás de estas historias sólo hay gente que quiere asustar o hacer daño. Pero, por encima de todo insiste en que en el móvil todos vemos cosas que no nos gustaría haber visto.
¿Tienes miedo de lo que pasaría si tu hijo recibe un mensaje de alguien que le pide hacerse daño? Pues por qué no atajas el tema y se lo preguntas. A lo mejor él tampoco sabe qué hacer si recibe ese mensaje.