Cines, internet y estructuras de precios

Un DLC es un contenido extra para el videojuego que has comprado y que generalmente tiene un coste adicional. Tú te compras un juego con misiones en planetas lejanos y 2 meses después de que el juego salga a la venta aparece un DLC con una nueva misión o planeta.

Los DLC han sido un escándalo de ingresos para las desarrolladoras permitiendo diferenciar jugadores fanáticos del juego (que lo pillan todo y nada más que sale) de jugadores ocasionales que disfrutan simplemente con la historia original. Para los primeros aparecen los pases de temporada, una especie de “tarifa plana” que te permite descargar casi todos los DLC que se lancen con posterioridad a la salida del juego.

También puedes esperar unos años y pillarte de oferta el juego, los DLC y las mejoras que se hayan introducido a un precio mucho más reducido. Por ejemplo el mítico GTA IV con sus dos DLC es sencillo encontrarlo por 10€. Curiosamente la mejor versión del producto si descontamos el efecto novedad… ¡es la más barata!

El mercado de los videojuegos y especialmente Steam que es un caso aparte han sabido como pocos ofrecer distintas versiones del mismo juego a distintos jugadores maximizando por lo tanto el beneficio económico. Si te gusta el multiplayer y quieres la novedad pagarás X, si eres un lobo solitario que recorre las tiendas de segunda mano pagarás Y y si esperas ansioso las rebajas de Steam porque lo tuyo es el PC pagarás Z.

El cine puede y debe aprender mucho de los videojuegos. No en materia de guiones que pocas adaptaciones se salvan, sino en materia económica. Hace años que la industria del videojuego genera más beneficios que el cine o la música no sólo por la existencia de máquinas propietarias y cerradas (insisto, Steam aplastando a la piratería), también por la aparición de servicios añadidos y discriminación de precios.

Este último elemento es quizás el que más fácilmente puede emular el cine. Porque en el cine actual hay varios tipos de espectador y pretender meterlos a todos en la misma sala es un absurdo que sólo se sostiene por intermediarios y grupos de presión con la misma formación económica que un cubo de palomitas.

Sólo hay que mirar alrededor:

  • Un espectador disfruta yendo al cine físico. Le mola cogerse las palomitas, ganar terreno con la moza, verse la peli antes que los amigos y de paso aprovechar para hacer unas compras. El cine para él es una actividad social. Le llamaremos Palomitero
  • Otro espectador disfruta esperando a que salga un torrent en 1080p porque es la única maldita forma de verse la película en V.O con subtítulos, 5.1 y en Full HD en su TV de toda la vida. Le llamaremos Vlogoff.
  • Hay un último espectador: le da igual la calidad, no entiende de píxeles y está dispuesto a sacrificarlo todo por ver en el momento algo de lo que habla todo el mundo. Todo menos ir al cine porque estima que es muy caro para lo que quiere (como valorar una pizza familiar cuando tú lo que buscas es una mediana). Le llamaremos Español.

¿Cómo ganar el máximo dinero posible?

¡Saca cuatro productos! X-Men en IMAX y 3D, X-Men en cine 2D, X-Men en HD para descarga y X-Men en Streaming con una calidad de mierda.

Deja de llamar a las webs de promoción “8 apellidos vascos la pelicula” y llámala “8 apellidos vascos online”. Pon esa página en la red desde el principio con los 4 precios a la vista. Enlaza a la tienda de entradas de tu elección con promos y descuentos para la gente que quiera ir al cine y ofrece los otros precios y productos para quien los quiera.

¡¡Pero si la gente se la puede descargar nadie irá al cine!!

Los que van al cine al día de hoy no van porque no sepan descargarse una película, van porque les gusta lo que supone y por eso seguirán yendo. Si además haces fiestas del cine (ese eufemismo para “¡oh, virgen santa, bajamos los precios y ganamos más pasta ¡¡¡¿¿cómo puede ser???!!!) y dejas de amenazar a los pocos que van con anuncios ridículos pues mejor.

Y sí, ese proceso se hizo, hace dos años y se llamó “Carmina o revienta” de Paco León. Y allí quedó.

Actualmente los dos primeros resultados si buscas en Google “Carmina o revienta online” son la película oficial y la película en la web de TVE:

Para “8 Apellidos Vascos Online” tenemos en primera posición dos páginas que se deben estar forrando gracias a que tú, querido empresario, piensas que lo que hico Paco León con su “Carmina” era una desfachatez:

Paco León no es un tío listo, es un tío con sentido común que listos hay muchos. Un tío que monta una pizzería, que ve cómo el de al lado le come el pastel porque le compra las pizzas y luego las vende en porciones y que reacciona en consecuencia. No dando vueltas de tuerca a la legislación, no llorando a los ministros de cultura sino ofreciendo las porciones él. Y entonces barre el mercado.

Lo que el cine no parece entender es que si no existiera, alguien lo inventaría. Si todos comiéramos porciones, pizzas sin gluten o nos pilláramos las pizzas por los peluches a alguno se le ocurriría una día la gran idea de hacer una pizza inmensa para compartir con un grupo de gente y pegarse por los trozos.

En el cine español no hacen falta adalides de la cultura. Hacen falta economistas.

9 comentarios en «Cines, internet y estructuras de precios»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Me parece un post brillante y un planteamiento excelente… yo me considero el segundo tipo de usuarios. Siempre se ha hablado de poner los precios en condiciones, no es tan simple… tu planteamiento me parece mucho más razonable, es una cuestión de darle al cliente lo que quiere y con ello se consiguen mejores precios… Yo compro mucha música, parece que esto está más parametrizado aunque con precios caros, todavía se pueden encontrar tiendas online (rusas eso sí). El caso es que tan mal no les debe ir, porque siguen con esas ventanas de explotación, esos insultos a los usuarios… no me dan ninguna pena

  3. Pingback: Anónimo
  4. La distinción entre tipos de espectadores es errónea. Falta un cuarto, que es el grupo de tamaño más incierto: los oportunistas. Son los que quieren verla pronto – y a veces por eso van al cine. Y les gusta la calidad, pero a falta de ella, se descargan la versión screener si no hay otra. Si se ofrecen las distintas opciones de precios, este grupo se va de cabeza a por la más barata.

    El caso de Carmina o revienta fue como el del disco de RadioHead que se podía descargar por donaciones. Se suponía que cambiaba el mercado pero en ambos casos han lanzado posteriormente productos por el sistema tradicional. Se ve que la idea va por ahí, pero todavía le falta un hervor.

    • Para mí el de Carmina fue más representativo que el de In Rainbows porque al final el modelo de la música fue por los derroteros del streaming, no tanto la autoproducción. En cambio el cine no me imagino otra opción que el estreno en varias plataformas con distintos precios y servicios.

  5. Es curioso que todo lo que Paco Leon hizo con la primera pelicula de Carmina no lo haya podido replicar en la segunda, no? Estaria bien saber, y comparar, las dos Carminas para ver ha sido el mejor camino.

    • En la segunda sé que hizo promos en los cines y se podía ver gratis y tal, pero no seguí la historia a fondo. La presión sobre lo que hizo en la primera tuvo que ser brutal.

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