Pendientes de compartir en redes ¿disfrutamos menos el momento?

Quizás mi escena favorita de Memento. El prota agita una polaroid y le preguntan por su obsesión.

“¿Las fotos? Las fotos son reales. Los recuerdos son interpretaciones”

Estos días se ha compartido miles de veces por Internet la enésima foto del apocalipsis de atención que estamos viviendo. La imagen que yo también retuitée es esta:

http://twitter.com/MiguelMorenatti/status/646061271696207873/photo/1

Carne de likes y de cámaras de eco porque reafirma lo que muchos pensamos: levantar el móvil en un concierto en lugar de disfrutar del concierto es un sinsentido. Fotografiar tu comida y esperar por el primer bocado es un absurdo.

Pero quizás la afirmación es algo exagerada. Como se preguntan hoy en un buen artículo de Magnet ¿disfrutamos menos o lo que tenemos es una forma distinta de disfrutar?

Mientras que el artículo de Magnet apoya la línea de que los tiempos cambian y ahora la gente lo disfruta así, yo no lo veo tan claro y creo que el uso del móvil en situaciones agradables puede disminuir su grado de satisfacción.

Mi postura se basa en la inexistencia de la multitarea y en la capacidad para contar historias.

La multitarea

Por qué usamos el móvil en ese concierto o ante ese plato de comida es bastante obvio. Por un lado el uso de redes sociales libera dopamina en nuestra cabeza, nos da placer y ganas de seguir jugando a la tragaperras. Eso, sumado a la gamificación de su sistema de intercambio de información donde parece que a más likes y más favs mejor nos sentimos hace que tengamos grandes incentivos para fotografiar el momento y compartirlo en tiempo real.

La pregunta es ¿si prestamos menos atención a algo lo disfrutamos menos? Creo que esa es la clave porque también parece obvio que cuando hacemos una foto repartimos nuestra atención entre varias tareas. La multitarea no existe en términos online y cuando usamos redes sociales lo que estamos haciendo es cambiar rápido de una tarea a otra con un coste para nuestro cerebro. Este coste incluso se puede traducir en un mayor estrés como se explica en un indispensable artículo de The Guardian:

But there’s a fly in the ointment. Although we think we’re doing several things at once, multitasking, this is a powerful and diabolical illusion. Earl Miller, a neuroscientist at MIT and one of the world experts on divided attention, says that our brains are “not wired to multitask well… When people think they’re multitasking, they’re actually just switching from one task to another very rapidly. And every time they do, there’s a cognitive cost in doing so.”

Multitasking has been found to increase the production of the stress hormone cortisol as well as the fight-or-flight hormone adrenaline, which can overstimulate your brain and cause mental fog or scrambled thinking.

Es decir: si hacemos una sola tarea y observamos con todos nuestros sentidos y concentrados lo que estamos haciendo, un auténtico carpe diem, creo que disfrutamos más porque la atención es mayor y el estrés (aunque el aumento del mismo parezca insignificante) es menor.

Si habláramos en términos de utilidad económica: una situación nos reporta menos que otra pero ¿y cuando volvemos a ver esa foto? ¿Qué utilidad nos reporta volver a verla? Las fotografías nos ayudan a fijar recuerdos y fijar recuerdos es fundamental para nuestra vida.

Al respecto voy a destacar este otro párrafo de un artículo sobre recuerdos y fotografías:

It may be the case that studying photos of life events helps bypass the hippocampus and undergo processing in a different brain region or regions. One interesting question is whether or not photos bring up associated emotions that occurred during those events in patients with hippocampal damage. Are these memories just facts of events or do they also contain emotion (which is often an important component to powerful images)?

Tendríamos que comparar la utilidad que perdemos en un caso con la que ganamos en otro pero si no está claro hasta qué punto hay emoción en esa foto de Instagram a la que le has calzado un filtro Valencia mi apuesta es que pesa más la pérdida que la ganancia.

Los contadores de historias

El efecto que tiene la multitarea sobre nuestra capacidad para contar historias es más discutible. Parece que el relato de un evento tiene un efecto más poderoso sobre nuestra cabeza que las fotos del mismo. Antes de que os echéis encima soy perfectamente consciente del valor emocional, historíco y periodístico de algunas fotos. Pero estamos hablando de la foto de un brownie, de un concierto borroso o del culo movido de un famoso.

En términos de presentaciones, si asistimos a una Muerte Por PowerPoint donde se trocea una historia hasta que queda reducida a una serie de bullet points, la facilidad con la que recordaremos la lección es menor que si nos hubieran contado una historia.

When we are being told a story, though, things change dramatically, according to researchers in Spain. Not only are the language processing parts in our brain activated, but any other area in our brain that we would use when experiencing the events of the story are too.

Dentro de mi pesimismo habitual no creo que las redes sociales se hayan hecho para contar historias sino para contar versiones simplificadas de las mismas. En las redes sociales ponemos los “highlights” de nuestras historias, el tráiler, no la historia completa.

En el artículo anterior – por cierto, el blog de Buffer es una maravilla – se reseña como ese efecto positivo del cuentahistorias se da también en la persona que ofrece el relato. Yo nunca enseño las fotos de mi boda, la cuento que para eso fue inolvidable.

Las fotos no tienen por qué reducir nuestra capacidad de contar historias. Pueden complementarlas. Recuerdo una actualización maravillosa de mi hermana en Facebook donde contaba una anécdota de mi sobrino en varios párrafos y remataba con una foto muy sutil de la misma. Eso sí pero una sustitución no y lo que me da miedo es que estamos sustituyendo unas cosas por otras.

En general dejar las redes sociales de lado cuando estás viviendo algo muy satisfactorio reduce el estrés, aumenta la concentración y te permite empezar a construir tu historia. Una historia que al contarse generará un mayor beneficio para el que la cuenta y para el que la escucha.

En definitiva un tema complejo que no creo que se preste a sentencias lapidarias.

1 comentario en «Pendientes de compartir en redes ¿disfrutamos menos el momento?»

  1. Recuerdo la emoción el día que me compré mi primer ayfon (el segundo para Steve Jobs) e hice un unboxing fotográfico.
    https://www.flickr.com/photos/hellplex/albums/72157615905088150
    La primer vez que vi el dispositivo en sí fue a través de la pantalla de mi Canon Ixus, en lugar de mirar primero y hacer la foto después.
    https://www.flickr.com/photos/hellplex/3385568797/in/album-72157615905088150/

    En un monolgo Louis CK bromea que los padres se pierden las actuaciones escolares de sus hijos porque las ven a traves de la video cámara.

    Nota offtopic: la última frase del post se la puedes poner a cualquier otro post pasado, presente o futuro . Me apunto para ponerla en mi bio de twitter cuando decida cambiarla :P

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