De Wert, Lasalle y La Ola

Me da una pereza terrible escribir sobre la llamada ley Lasalle así que no te preocupes que este post no va de eso. No es ya que David Bravo haya explicado punto por punto en qué consiste; es que en siete años de Blogoff no tengo nada nuevo que decir. Desde aquella época en la que YouTube aún no había sido comprado por Google y lo más parecido a Tuenti era Fotolog publiqué todo lo que sigue:

Y un sinfín de posts en los que tangencialmente menciono que el problema de toda esta batalla no es tanto la situación de las descargas como que se busca proteger el monopolio intelectual frente a la innovación y la creación de obras derivadas. Algo ineficaz en la era de Internet.

Sin embargo aquí estamos, en 2013. Año nuevo, parche nuevo para cargarse a las páginas tipo seriesyonkis la cual ya dije que me parecía lamentable pero por cosas muy distintas al ofrecimiento de enlaces de descarga directa. Y yo creo que las preguntas y el debate ya no deben ser sobre si las descargas de discos aumentan o disminuyen los ingresos de los artistas, sobre si la copia privada sigue siendo privada cuando se distribuye por el Ares, sobre si forrarte con banners de casino es ánimo de lucro o no cuando a fin de cuentas lo único que ofreces son links, como Google o Bing. No sé a vosotros pero a mí todo eso me suena rancio. Como Wert.

Pienso que tantos años después de que viera bajar una canción por Napster a la escandalosa velocidad de 3,5 Kbs el debate debe girar hacia la eficiencia de las políticas sobre derechos de autor en España y el gasto de recursos que han supuesto.

Este domingo estuve viendo La Ola (Die Welle), una película alemana bastante resultona sobre una muchachada que experimenta los pros y los contras de un sistema autocrático dentro de su instituo. Ya que estamos, comentaré que descargué la película por Torrent + Put.io ya que la quería en V.O.S y HD, rápido y a ser posible sin los trompicones característicos de los servicios de streaming actuales. Creo que sobra decir que no es porque la quisiera gratis. Por Put.io pago 10 euracos al mes más el tiempo que me lleva descargarla que conlleva un coste de oportunidad pero bien por costumbre bien porque las alternativas comerciales no me convencen ese es mi método favorito. Por cierto, también pago por Spotify Premium osea que no soy precisamente un fulano de esos que robaba bolsos en los anuncios de la SGAE en el cine.

Vista la peli me lancé al tablet de turno a cotillear la historia real en la que se basa la película. Cuál no será mi sorpresa al ver que simplemente buscando en Google (no en películasyonkis, no en cinegratis.. en el puto Google) aparece la película completa, a una calidad aceptable, en castellano alojada en YouTube (no en Mega, no en Uploaded, no en Mediafire… en el puto YouTube).

Sí amigos. Una de las web que dispone de más filtros copyright, YouTube, aloja Die Welle sin ningún problema. La agresiva política de YouTube para proteger derechos de autor ha provocado arranques de creatividad sensacionales de sus usuarios en los que giran las imágenes en modo espejo, cambian sonidos de fondo, etcétera con tal de que no manden su vídeo a la basura y cancelen su cuenta. Sin embargo la mera búsqueda “Película completa” en YouTube hará que hasta los propios Wert o Lasalle mojen la cama.

Mejor Imposible, Gamer, Grupo 7 o La Pasión de Cristo Un milloncejo de reproducciones lleva esta última y eso que hay más de un decena de copias sin salir de YouTube. YouTube es un videoclub online brutal para aquellos usuarios que no son especialmente quisquillosos con el sonido, vídeo o doblaje lo que como ha demostrado en repetidas ocasiones el top-manta o los cam rip, son un público a tener en cuenta.

Siempre que alguien interrumpe mi cervecita de fin de semana con el alarmante “oye, que van a cerrar X, ahora ya no va haber forma de descargar pelis gratis” digo lo mismo: cuándo era más fácil descargar una película/disco de Internet ¿ahora o hace cinco años?. Sucesivas leyes, reformas, disposiciones, campañas publicitarias, acuerdos bajo manga no han conseguido absolutamente nada más que desperdiciar recursos públicos.

Supongo que desde el sector público se piense que si algo es malo no hay que parar hasta que se consiga. Que están obsesionados con tal o cual ránking que dice que aquí somos todos unos piratas que no pagan ni por Whatsapp y que queremos aprovecharnos del trabajo de los demás.

Pero es que ni visto así.

Algún elemento de alguna asociación de derechos de autor comparó una vez la piratería con las drogas (oyes, se agradece al lado del que la comparaba con el SIDA). Pues ya que estamos con el ejemplo, si pasan los años y no sólo cada vez es más fácil adquirir drogas sino que la propia brigada antidroga critica tus medidas y no has conseguido absolutamente nada ¿habrá que ir pensando en un cambio de estrategia no? O eso o plantar al responsable de la misma a la cola del INEM.

Pero lógicamente ver una película por Internet sin pagar no es precisamente meterse un chute de heroína. Es algo tan natural que los propios canales de televisión ya lo ofrecen en sus plataformas Mitele y el modo salón de A3 y La Sexta. Viendo los datos de crecimiento de estos sitios no creo que las productoras estén tirándose de los pelos por ofrecer contenidos gratis sino frotándose las manos porque cuando alguien quiere volver a ver los mejores momentos de Quién Quiere Casarse con Mi Hijo o Splash cada vez va menos a YouTube y más a la web del canal.

Esto no habría pasado si no fuera porque antes todo eso se subía a YouTube (se sigue subiendo pero empieza a ser más cómodo ver Salvados en la web de La Sexta que allí). La “piratería” ha ejercido una presión considerable sobre los medios tradicionales para que buscaran otras formas de rentabilizar sus programas.

Por ahí fuera tenemos otros agentes danzando como Wuaki o Filmin que intentan hacer realidad ese sueño que se pedía a gritos: un Spotify de vídeo o un Netflix español. En mi opinión lo tienen crudo (Youzee ya se fue al garete) más que nada porque ese grito era sólo de un sector de la población, que hacía mucho ruido pero que no era generalizado. Por mucho que yo considere que pagaría por ver Juego de Tronos el día que se estrena en la HBO, con subtítulos y en 720p, formo parte de una minoría. El modelo que funciona en España es Mitele por lo mismo que funciona Los Serrano y no Muchachada Nui (entendiendo por funcionar, triunfar de forma masiva que eso es otra discusión). No pasa nada porque sea así. Sigue siendo mejor que hace unos años. Todo lo que sea avanzar pues bien.

Así pues, entre Películasyonkis y sus enlaces a sitios de descarga directa, YouTube y Google indexando nuevos contenidos más rápido de lo que se borran, Filmin trabajando el mundo de videoclub online, Mitele petándolo haciendo algo que debería haber empezado hace 5 años, las consolas de videojuegos y las SmartTV con sus correspondientes apps, la Apple Store y por supuesto los eternos programas P2P tenemos el mayor abanico de posibilidades de la historia para ver una película online.

Si el intercambio de archivos por P2P y el streaming no hubieran ejercido la comentada presión dudo mucho que hubiéramos llegado hasta aquí. Si las labores del Ministerio de Cultura hubieran (por alguna razón misteriosa) surtido efecto estaríamos mucho más atrás.

Lo peor que se puede decir de la Ley Salalle no es que sea injusta, antidemocrática o que responda a unos intereses empresariales. Lo peor es que es una pérdida de tiempo y eso tiene que escocer.

Salid de la carretera por favor. Que hay mucho tráfico, muchos coches y todavía vais a provocar un accidente.

2 comentarios en «De Wert, Lasalle y La Ola»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Me ocurre como a ti: estoy tan saturado de leyes Sinde y sucesivas que ya ni me apetece escribir sobre ellas. Así que ha sido muy interesante ver cómo abordas el artículo sin entrar al trapo de la ley en sí.

    Y poco más que añadir.

    Felices vacaciones

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